¿Qué estoy declarando sobre mi hermano?

¿Qué estoy declarando sobre mi hermano?


Proverbios 8:13 (NTV)
"Todos los que temen al Señor odiarán la maldad. Por eso odio el orgullo y la arrogancia, la corrupción y el lenguaje perverso."





Es muy común hoy en día escuchar palabras obscenas en nuestro trabajo, colegiatura, en la calle... hasta inclusive nuestros hogares y lo que es peor, dichas por los mismos cristianos.



El salmista decía que odiaba el lenguaje perverso... ¿Qué de nosotros?

La pregunta es ¿Cuál es la finalidad de decirlas? ¿Nos escucharán más? ¿Estaremos a la moda de cómo habla el mundo? ¿Acaso no somos nosotros los que debemos dar el ejemplo?


Dios nos manda a que:

"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención." (Efesios 4:29-30)


Además de contristar al Espíritu Santo, estas nos corrompen porque se nos adhieren:

"No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres." (1 Corintios 15:33)


Por poner un ejemplo, la Palabra de Dios reprueba las cosas aberrantes que hacen los homosexuales, sin embargo, el anhelo del Señor es que lo conozcan para que lleguen arrepentimiento y cambien! (Mateo 18:11), sin embargo, ¿No estaríamos poniendo un gran grano de arena a que la sociedad siga así cuando en nuestras conversaciones decimos al otro la palabra 'homosexual' como 'modismo'? ¿Acaso no estaríamos decretando maldición?

¿Acaso la Palabra de Dios no dice que "La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos." (Proverbios 18:21)?


Hoy es un gran día para considerar la conducta y comportamiento de nuestro Señor Jesucristo:

"Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis." (Juan 13:15)


Y tener en cuenta que:

"Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así." (Santiago 3:9-10)


Examinémonos, si realmente estamos agradando al Señor de Señores con nuestra manera de hablar.

¿Qué estoy declarando sobre mi hermano?

Dios te bendiga y que tengas un excelente día en Cristo Jesús!

Roldan Ortiz Molinares

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