¿Jugoso o marchito tu fruto?

¿Jugoso o marchito tu fruto?


Juan 15:8
"En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos."




Si partimos de que:
"... todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. (Y que..) No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. (Porque..) Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego." (Mateo 7:17-19)

¿Que puede obrar en nosotros para que el fruto no crezca o sencillamente se eche a perder?

Muchas veces no son las malas cosas grandes, sino "... las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas…" (Cantares 2:15)

Es decir, aspectos pequeños que consideramos sin importancia son aquellos que pueden marchitar el fruto  "Un poco de levadura leuda toda la masa." (Gálatas 5:9)

Por eso bien dice la Palabra de Dios que "Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable." (Eclesiastés 10:1)

¿Hemos identificado que es lo que había, está o podría dañar nuestro fruto?
¿Malgenio, lujuria, mentirillas piadosas, robo, codicia, irrespeto, malhablado...?

Todo esto tiene solución "Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos; De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra. No me aparté de tus juicios, Porque tú me enseñaste. !!Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!
Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino." (Salmos 119:99-105)

¿No meditamos en los testimonios del Señor? ¿No guardamos tus mandamientos? ¿No nos apartamos del mal para meditar en tu Palabra? ¿No disfrutamos tu dirección? ¿Despreciamos la sabiduría del Señor para amar la mentira y el engaño?

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.” (Juan 15:1-2)

Hoy... ¿Cómo estará nuestro fruto?

“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” (Juan 15:4-5)


Dios te bendiga y que tengas un excelente día en Cristo Jesús!

Roldan Ortiz Molinares

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