Bienaventurada la mujer que ora... pero tú, mujer... ¿Oras?
1 Corintios 7:13-14
“Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.”
Para no decir la mayoría, un selecto grupo de personas se conocen, comparten ideas, nace la amistad, entra la etapa de enamoramiento, hablan de planes para el futuro y se casan, otros pasan directo a casarse, sin hablar lo mas importante… ¿Sabes quien es Dios? ¿Cómo es tu relación con Dios? ¿Te congregas en una iglesia?…
Pasa la luna de miel, tienen hijos y empiezan aparecer problemas que nunca vieron o “no quisieron ver” en la etapa de enamoramiento… Alcohol, golpes, abusos, faltas de respeto, infidelidades… y no solo eso, hijos descarriados, siguiendo pasos de vicios y lejos de Dios… Es aquí, en este punto donde muchas mujeres cansadas de pelear en sus fuerzas, desesperadas al borde del abismo, ya cuando están apunto de dejarse caer (Salmos 69:3), conocen del Señor! Él siempre llega a justo a tiempo! “Si no me ayudara Jehová, Pronto moraría mi alma en el silencio.” (Salmos 94:17)
Toman la decisión, tal como la mujer del flujo de sangre de 12 años, entender que no hay otra manera de encontrar vida, sanidad y restauración sino a los pies de Jesús! (Lucas 8:43-48) y lo dejan entrar en su vida! (Romanos 10:9-13).
Son estas mujeres que desechan toda gritería, pleitos, iras (Gálatas 5:20), deciden no ser mas tinieblas sino luz en su hogar! (Mateo 5:14), deciden vivir por fe y no por vista (2 Corintios 5:7), y aceptan como Abraham caminar sobre la promesa (Santiago 2:23), entienden que no es con fuerza, ni con ejercito sino con el Santo Espíritu de Dios (Zacarías 4:6), empiezan adquirir sabiduría de lo alto (Santiago 3:17) para ser sabias porque saben que la mujer sabia edifica su casa (Proverbios 14:1), con esta sabiduría adquieren discernimiento y se dan cuenta que el problema no es su familia sino en realidad cuál es el verdadero enemigo (Efesios 6:12) e inmediatamente conocen que ese género sale con oración y ayuno (Mateo 17:21), así que se arman de valor (Mateo 11:12), se fortalecen en el Señor y se visten con la armadura de Dios (Efesios 6:10-20), toman las armas poderosas en Dios para destruir todas esas acechanzas de maldad (2 Corintios 10:4-6), empiezan a declarar y decretar palabra de fe en su hogar (Proverbios 18:21), pelean orando, orando y orando y ayunando y ayunando y clamando de rodillas al Rey (1 Tesalonicenses 5:17) para ganar cada vez mas terreno y extender sus tiendas (Isaías 54:2), hasta que el enemigo derrotado termina retrocediendo y huyendo (Santiago 4:7)…
Finalmente, se posiciona el Gobierno de Dios en su familia! (Hechos 16:31)
Definitivamente, hay poder y autoridad de Dios cuando una mujer ora e intercede por su familia!
Por ello bienaventuradas las mujeres que oran... pero tú, mujer ¿Oras?
Dios te bendiga y que tengas un excelente día en Cristo Jesús!
“Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.”
Para no decir la mayoría, un selecto grupo de personas se conocen, comparten ideas, nace la amistad, entra la etapa de enamoramiento, hablan de planes para el futuro y se casan, otros pasan directo a casarse, sin hablar lo mas importante… ¿Sabes quien es Dios? ¿Cómo es tu relación con Dios? ¿Te congregas en una iglesia?…
Pasa la luna de miel, tienen hijos y empiezan aparecer problemas que nunca vieron o “no quisieron ver” en la etapa de enamoramiento… Alcohol, golpes, abusos, faltas de respeto, infidelidades… y no solo eso, hijos descarriados, siguiendo pasos de vicios y lejos de Dios… Es aquí, en este punto donde muchas mujeres cansadas de pelear en sus fuerzas, desesperadas al borde del abismo, ya cuando están apunto de dejarse caer (Salmos 69:3), conocen del Señor! Él siempre llega a justo a tiempo! “Si no me ayudara Jehová, Pronto moraría mi alma en el silencio.” (Salmos 94:17)
Toman la decisión, tal como la mujer del flujo de sangre de 12 años, entender que no hay otra manera de encontrar vida, sanidad y restauración sino a los pies de Jesús! (Lucas 8:43-48) y lo dejan entrar en su vida! (Romanos 10:9-13).
Son estas mujeres que desechan toda gritería, pleitos, iras (Gálatas 5:20), deciden no ser mas tinieblas sino luz en su hogar! (Mateo 5:14), deciden vivir por fe y no por vista (2 Corintios 5:7), y aceptan como Abraham caminar sobre la promesa (Santiago 2:23), entienden que no es con fuerza, ni con ejercito sino con el Santo Espíritu de Dios (Zacarías 4:6), empiezan adquirir sabiduría de lo alto (Santiago 3:17) para ser sabias porque saben que la mujer sabia edifica su casa (Proverbios 14:1), con esta sabiduría adquieren discernimiento y se dan cuenta que el problema no es su familia sino en realidad cuál es el verdadero enemigo (Efesios 6:12) e inmediatamente conocen que ese género sale con oración y ayuno (Mateo 17:21), así que se arman de valor (Mateo 11:12), se fortalecen en el Señor y se visten con la armadura de Dios (Efesios 6:10-20), toman las armas poderosas en Dios para destruir todas esas acechanzas de maldad (2 Corintios 10:4-6), empiezan a declarar y decretar palabra de fe en su hogar (Proverbios 18:21), pelean orando, orando y orando y ayunando y ayunando y clamando de rodillas al Rey (1 Tesalonicenses 5:17) para ganar cada vez mas terreno y extender sus tiendas (Isaías 54:2), hasta que el enemigo derrotado termina retrocediendo y huyendo (Santiago 4:7)…
Finalmente, se posiciona el Gobierno de Dios en su familia! (Hechos 16:31)
Definitivamente, hay poder y autoridad de Dios cuando una mujer ora e intercede por su familia!
Por ello bienaventuradas las mujeres que oran... pero tú, mujer ¿Oras?
Dios te bendiga y que tengas un excelente día en Cristo Jesús!
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