¿Listos para pelear?
1 Samuel 17:48
"Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo.”
En un comienzo, el pensar que somos hijos de Dios nos hace creer que tendremos una vida color de rosa, pero la verdad es que cada vez que avanzamos nos percatamos que tenemos una guerra espiritual constante. Nos convertimos en hijos de Dios pero... también en objetivos del Diablo. Él ha venido para hurtarnos, matarnos y destruirnos (Juan 10:10) y va hacer todo lo que tenga a su alcance para derribarnos. Así que no tenemos otra mas que: Tomar las armas, aprender a usarlas y pelear!
Ahora, para entrar en materia, basándonos en la historia de David y Goliat, veamos los siguientes puntos:
1. 1 Samuel 17:34-36: Dos aspectos de David, su confianza en Jehová de los ejércitos y ya se había preparado. No subestimemos la honda y la piedra (Leer Jueces 20:16,21)!. El arma de David era su honda y 5 piedras! Ahora, ¿Creerás que existen hijos de Dios que van a la batalla sin espada? ¿O que la portan pero no la saben usar?: “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8:31-32)… Nuestra espada es la Palabra de Dios y hay que meditar en ella y aprender a usarla!
2. 1 Samuel 17:38-40: Cuando una persona no tiene una relación con Dios, no sabe cual es su identidad, no sabe que es ser hijo de Dios, por lo tanto, va querer pertenecer a algo, por lo tanto, todo lo que escuchará a su alrededor le parecerá bueno, sano y adecuado, y no se percata que muchos van a querer darle “herramientas” que a la larga solo causaran es problemas. David no era de pelea cuerpo a cuerpo (Infantería pesada), David sabía que él era un hondero (Artillería)! Si tu y yo tenemos una relación con Dios entonces sabemos que somos y nada ni nadie podrá cambiar esa identidad que tenemos en Cristo Jesús! Además, nuestra relación con Dios va poder hacernos discernir que nos conviene y que no! ¿Hoy podemos determinarlo? Discernimiento!
3. 1 Samuel 17:41-44: Es aquí cuando las circunstancias, los problemas y todo el arsenal del enemigo levanta su voz para menoscabarnos y hacernos creer que no somos capaces… Pero aquí existen 3 tipos de personas: a. El que cree las palabras del enemigo y recibe el daño, b. El que no cree las palabra del enemigo pero confía mas en las fuerzas que tiene que en las de Dios y recibe el daño y c. El que reconoce que no es con fuerza, ni con ejército sino con su Santo Espíritu! y recibe la victoria. ¿Cuál somos?
David sabía que era muchacho pero también sabía en quien estaba depositada su vida, confianza y esperanza! “mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.” (1 Samuel 17:45b)
4. 1 Samuel 17:46-51: Escuchamos Palabra, leemos devocionales, hacemos estudios de la Palabra, en la iglesia vamos y decimos fuertemente “Amen”... pero que triste es no ponerla por obra dado que del “dicho al hecho hay mucho trecho". “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.” (Santiago 1:22). David sabía la Palabra, David la declaró y David la ejecutó. Te imaginas la historia como sería si David sabe la Palabra, la declara pero …. ¿corre?!
Ahora, ¿Somos hijos de Dios que nos quedamos en el Amén pero no la ponemos por obra?
Entonces ¿Listos para pelear? "David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo." ¿Y tu y yo que haremos?
Dios les bendiga y que tengan un excelente día en Cristo Jesús!
"Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo.”
En un comienzo, el pensar que somos hijos de Dios nos hace creer que tendremos una vida color de rosa, pero la verdad es que cada vez que avanzamos nos percatamos que tenemos una guerra espiritual constante. Nos convertimos en hijos de Dios pero... también en objetivos del Diablo. Él ha venido para hurtarnos, matarnos y destruirnos (Juan 10:10) y va hacer todo lo que tenga a su alcance para derribarnos. Así que no tenemos otra mas que: Tomar las armas, aprender a usarlas y pelear!
Ahora, para entrar en materia, basándonos en la historia de David y Goliat, veamos los siguientes puntos:
1. 1 Samuel 17:34-36: Dos aspectos de David, su confianza en Jehová de los ejércitos y ya se había preparado. No subestimemos la honda y la piedra (Leer Jueces 20:16,21)!. El arma de David era su honda y 5 piedras! Ahora, ¿Creerás que existen hijos de Dios que van a la batalla sin espada? ¿O que la portan pero no la saben usar?: “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (Juan 8:31-32)… Nuestra espada es la Palabra de Dios y hay que meditar en ella y aprender a usarla!
2. 1 Samuel 17:38-40: Cuando una persona no tiene una relación con Dios, no sabe cual es su identidad, no sabe que es ser hijo de Dios, por lo tanto, va querer pertenecer a algo, por lo tanto, todo lo que escuchará a su alrededor le parecerá bueno, sano y adecuado, y no se percata que muchos van a querer darle “herramientas” que a la larga solo causaran es problemas. David no era de pelea cuerpo a cuerpo (Infantería pesada), David sabía que él era un hondero (Artillería)! Si tu y yo tenemos una relación con Dios entonces sabemos que somos y nada ni nadie podrá cambiar esa identidad que tenemos en Cristo Jesús! Además, nuestra relación con Dios va poder hacernos discernir que nos conviene y que no! ¿Hoy podemos determinarlo? Discernimiento!
3. 1 Samuel 17:41-44: Es aquí cuando las circunstancias, los problemas y todo el arsenal del enemigo levanta su voz para menoscabarnos y hacernos creer que no somos capaces… Pero aquí existen 3 tipos de personas: a. El que cree las palabras del enemigo y recibe el daño, b. El que no cree las palabra del enemigo pero confía mas en las fuerzas que tiene que en las de Dios y recibe el daño y c. El que reconoce que no es con fuerza, ni con ejército sino con su Santo Espíritu! y recibe la victoria. ¿Cuál somos?
David sabía que era muchacho pero también sabía en quien estaba depositada su vida, confianza y esperanza! “mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.” (1 Samuel 17:45b)
4. 1 Samuel 17:46-51: Escuchamos Palabra, leemos devocionales, hacemos estudios de la Palabra, en la iglesia vamos y decimos fuertemente “Amen”... pero que triste es no ponerla por obra dado que del “dicho al hecho hay mucho trecho". “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.” (Santiago 1:22). David sabía la Palabra, David la declaró y David la ejecutó. Te imaginas la historia como sería si David sabe la Palabra, la declara pero …. ¿corre?!
Ahora, ¿Somos hijos de Dios que nos quedamos en el Amén pero no la ponemos por obra?
Entonces ¿Listos para pelear? "David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo." ¿Y tu y yo que haremos?
Dios les bendiga y que tengan un excelente día en Cristo Jesús!
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