¿Matrimonios destruidos?
Marcos 3:24-25
“Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.”
¿Por qué las parejas discuten? ¿Por qué en los matrimonios se presenta tanto conflicto? Cuando nos casamos cada uno no solamente trae su propia maleta con cosas buenas, también cada uno trae sus costumbres, hábitos, problemas, temores, heridas… si, así es… ninguno es perfecto por lo cual también en la maleta llevamos imperfecciones!
Cuando abrimos las maletas en la convivencia, por lo general, esto produce fricción, así que nos guste o no, el conflicto va a existir. A menos que “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican…” (Salmos 127:1a)
Exacto! Todo matrimonio sin el gobierno de Dios, sin que Cristo sea el centro tarde que temprano dará paso al egoísmo, la mentira, los celos, la falta de tolerancia, los gritos, las discusiones sin control y las peleas que terminarán desvirtuando la visión de esposo o esposa. Olvidamos que nuestra pareja es un hermoso regalo de Dios, es ayuda idónea … Dios así lo determinó!
En este punto empezamos hacer planes para divorcio porque ya no soportamos a nuestra pareja… Empezamos ha declarar juicio y no medimos lo que decimos cuando la Palabra dice “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (Colosenses 3:13-15)
¿Sabes? Que triste es escuchar tantas parejas divorciadas decir: “Si no hubiera hecho o dicho esto...”, “Si tan solo hubiera escuchado…'
Pero ¿Por qué no se reconcilian? “Pues, ya no es lo mismo, ya nos hicimos tanto daño que ya no vale pena... ”
Hoy si estamos pasando por esto debemos urgentemente hacer un pare, correr a los pies del Maestro y pedir por su dirección en nuestro matrimonio!
Esposos: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.” (Efesios 5:25-28)
Esposas: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” (Efesios 5:22-24)
¿Por donde empezamos?
Esposos: Empecemos por amar a nuestra esposa (Efesios 5:25) ¿Pero como? "Aprendamos a vivir con ellas sabiamente y honrada, así nuestras oraciones no tendrán estorbo" (1 Pedro 3:7), dejemos de lado la crueldad, ten debajo de la manga un “te amo”, un “que hermosa estás!” (Colosenses 3:19), bendice a tu esposa, que tu bocas solo hable cosa buena para ella, una palabra nuestra desde la mañana puede alegrarle todo el día (Proverbios 31:28-29), Ora por ella y por sus sueños y metas!
Esposas: Reconoce a tu esposo como autoridad, se prudente al hablar (Proverbios 15:1), recuerda que la mujer sabia edifica su casa por ello el respeto es un gran pilar para un matrimonio feliz (Proverbios 14:1), Ora por el y por sus sueños y metas!
Esto no es de sentimientos... Esto es de decisión y determinación!
No se construye de la noche a la mañana, pero en vez de esperar que el otro cambie ¿Por qué no empezamos nosotros mismos?
No más divorcios! Si sabemos algo mas que va a edificar la relación... pongámoslo en práctica!
Aún así si ya estas divorciado... en el Señor nunca, nunca, nunca será tarde para reanudar!
“Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.”
¿Por qué las parejas discuten? ¿Por qué en los matrimonios se presenta tanto conflicto? Cuando nos casamos cada uno no solamente trae su propia maleta con cosas buenas, también cada uno trae sus costumbres, hábitos, problemas, temores, heridas… si, así es… ninguno es perfecto por lo cual también en la maleta llevamos imperfecciones!
Cuando abrimos las maletas en la convivencia, por lo general, esto produce fricción, así que nos guste o no, el conflicto va a existir. A menos que “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican…” (Salmos 127:1a)
Exacto! Todo matrimonio sin el gobierno de Dios, sin que Cristo sea el centro tarde que temprano dará paso al egoísmo, la mentira, los celos, la falta de tolerancia, los gritos, las discusiones sin control y las peleas que terminarán desvirtuando la visión de esposo o esposa. Olvidamos que nuestra pareja es un hermoso regalo de Dios, es ayuda idónea … Dios así lo determinó!
En este punto empezamos hacer planes para divorcio porque ya no soportamos a nuestra pareja… Empezamos ha declarar juicio y no medimos lo que decimos cuando la Palabra dice “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (Colosenses 3:13-15)
¿Sabes? Que triste es escuchar tantas parejas divorciadas decir: “Si no hubiera hecho o dicho esto...”, “Si tan solo hubiera escuchado…'
Pero ¿Por qué no se reconcilian? “Pues, ya no es lo mismo, ya nos hicimos tanto daño que ya no vale pena... ”
Hoy si estamos pasando por esto debemos urgentemente hacer un pare, correr a los pies del Maestro y pedir por su dirección en nuestro matrimonio!
Esposos: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.” (Efesios 5:25-28)
Esposas: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” (Efesios 5:22-24)
¿Por donde empezamos?
Esposos: Empecemos por amar a nuestra esposa (Efesios 5:25) ¿Pero como? "Aprendamos a vivir con ellas sabiamente y honrada, así nuestras oraciones no tendrán estorbo" (1 Pedro 3:7), dejemos de lado la crueldad, ten debajo de la manga un “te amo”, un “que hermosa estás!” (Colosenses 3:19), bendice a tu esposa, que tu bocas solo hable cosa buena para ella, una palabra nuestra desde la mañana puede alegrarle todo el día (Proverbios 31:28-29), Ora por ella y por sus sueños y metas!
Esposas: Reconoce a tu esposo como autoridad, se prudente al hablar (Proverbios 15:1), recuerda que la mujer sabia edifica su casa por ello el respeto es un gran pilar para un matrimonio feliz (Proverbios 14:1), Ora por el y por sus sueños y metas!
Esto no es de sentimientos... Esto es de decisión y determinación!
No se construye de la noche a la mañana, pero en vez de esperar que el otro cambie ¿Por qué no empezamos nosotros mismos?
No más divorcios! Si sabemos algo mas que va a edificar la relación... pongámoslo en práctica!
Aún así si ya estas divorciado... en el Señor nunca, nunca, nunca será tarde para reanudar!
Roldan Ortiz Molinares
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