¿Definitivamente es Jesús nuestro mejor amigo?
¿Definitivamente es Jesús nuestro mejor amigo?
Mateo 28:20b
“...y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Conocemos que Jesús hizo tantos milagros y sanidades, conocemos que Jesús predicó la Palabra como nadie lo había hecho jamás, conocemos que Jesús fue el que pago el precio por nosotros en la cruz del calvario, conocemos que Jesús fue el que resucitó al tercer día y hoy esta sentado a la diestra del Padre, conocemos que Jesús es nuestro Rey y Señor y que ante Él toda rodilla se doblará y declarará que Él es el Señor!
Conocemos tanto de Jesús, sin embargo, Él anhela que lo miremos mas de cerca para darnos cuenta que Él solo añora, desea y anhela ser nuestro mejor amigo.
Jesús, nuestro Rey, nuestro Señor, nuestro Salvador, nuestro Redentor… pero ... ¿Nuestro amigo?
Veamos porque:
1. Jesús, no nos rechaza ni nos va a perder: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.” (Juan 6:37-39). ¿Cuantas veces un “amigo” nos ha rechazado? Jesús no lo hará!
2. Jesús se interesa por nosotros!: Él de frente nos va a reprender, nos va a disciplinar si en lo malo pretendemos estar: “y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.” (Hebreos 12:5-6). ¿Cuantos “amigos” se han hecho de la vista gorda, no se acercan a hacernos ver el error cuando en algo malo estamos? Podemos estar seguros que Jesús va estar atento de nosotros!
3. Jesús también pasó por lo que pasamos o estamos pasando, por ello, nos escucha, nos comprende, nos acompaña y nos levanta: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” (Hebreos 4:15), “sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:7-8). ¿Cuantos muchos “amigos” dan consejos fuera de sí pero no están dispuestos acompañarnos en el proceso? Tranquilos, Jesús si estaría muy dispuesto de acompañarnos!
4. Jesús cuando nos ve enfermos u oprimidos, él sale a sanarnos y rescatarnos: “Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” (Hechos 10:37-38). ¿Tremendo no?
5. Jesús, cuando no sabemos que hacer, él nos muestra el camino: “Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:4-6). ¿Cuantos “amigos” nos han desviado o guiado por malos pasos? Jesús ira al paso que podamos andar, además de ayudarnos a no extraviarnos!
6. Jesús se puso en la brecha por ti y por mi para que tuviéramos vida y vida en abundancia… Él estuvo dispuesto a morir por nosotros cuando nadie daba nada por nosotros: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Juan 3:16-17) ¿Conocemos otro que pueda o esté dispuesto hacer esto por nosotros? Jesús lo hizo y pagó el precio por ti y por mi!
Que gran amigo es Jesús!
¿Alguna vez hemos tenido un amigo así?
Si no es así, no lo hagamos esperar mas!
¿Que no lo hagamos esperar mas? ¿Cómo así?
Él mismo nos dice “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20)
¿Le abrimos?
“...y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Conocemos que Jesús hizo tantos milagros y sanidades, conocemos que Jesús predicó la Palabra como nadie lo había hecho jamás, conocemos que Jesús fue el que pago el precio por nosotros en la cruz del calvario, conocemos que Jesús fue el que resucitó al tercer día y hoy esta sentado a la diestra del Padre, conocemos que Jesús es nuestro Rey y Señor y que ante Él toda rodilla se doblará y declarará que Él es el Señor!
Conocemos tanto de Jesús, sin embargo, Él anhela que lo miremos mas de cerca para darnos cuenta que Él solo añora, desea y anhela ser nuestro mejor amigo.
Jesús, nuestro Rey, nuestro Señor, nuestro Salvador, nuestro Redentor… pero ... ¿Nuestro amigo?
Veamos porque:
1. Jesús, no nos rechaza ni nos va a perder: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.” (Juan 6:37-39). ¿Cuantas veces un “amigo” nos ha rechazado? Jesús no lo hará!
2. Jesús se interesa por nosotros!: Él de frente nos va a reprender, nos va a disciplinar si en lo malo pretendemos estar: “y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.” (Hebreos 12:5-6). ¿Cuantos “amigos” se han hecho de la vista gorda, no se acercan a hacernos ver el error cuando en algo malo estamos? Podemos estar seguros que Jesús va estar atento de nosotros!
3. Jesús también pasó por lo que pasamos o estamos pasando, por ello, nos escucha, nos comprende, nos acompaña y nos levanta: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” (Hebreos 4:15), “sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” (Filipenses 2:7-8). ¿Cuantos muchos “amigos” dan consejos fuera de sí pero no están dispuestos acompañarnos en el proceso? Tranquilos, Jesús si estaría muy dispuesto de acompañarnos!
4. Jesús cuando nos ve enfermos u oprimidos, él sale a sanarnos y rescatarnos: “Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” (Hechos 10:37-38). ¿Tremendo no?
5. Jesús, cuando no sabemos que hacer, él nos muestra el camino: “Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:4-6). ¿Cuantos “amigos” nos han desviado o guiado por malos pasos? Jesús ira al paso que podamos andar, además de ayudarnos a no extraviarnos!
6. Jesús se puso en la brecha por ti y por mi para que tuviéramos vida y vida en abundancia… Él estuvo dispuesto a morir por nosotros cuando nadie daba nada por nosotros: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Juan 3:16-17) ¿Conocemos otro que pueda o esté dispuesto hacer esto por nosotros? Jesús lo hizo y pagó el precio por ti y por mi!
Que gran amigo es Jesús!
¿Alguna vez hemos tenido un amigo así?
Si no es así, no lo hagamos esperar mas!
¿Que no lo hagamos esperar mas? ¿Cómo así?
Él mismo nos dice “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20)
¿Le abrimos?
Dios te bendiga y que tengas un excelente día en Cristo Jesús!
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